Los alumn@s de religión de 4 años conocieron la historia de la perrita Lula y Rubén.
¡ Les encantó!
Rubén no tenía amigos ni amigas en el cole porque siempre estaba de mal humor. Pegaba a todo el mundo porque sí y se hacía lo que él decía porque sí.
El día de su cumpleaños sus padres tenían una sorpresa preparada. Ellos sabían que los animales ayudan a las personas a ser más cariñosas y, como querían ayudar a su hijo, trajeron, de la protectora de animales de su ciudad, a LULA una perrita simpática y muy contenta de tener una casa. La adoptaron para que Rubén aprendiera a amar y tener buen carácter. Lula iba a ser su maestra.
A Rubén no le hizo mucha gracia. Él que no quería tener hermanos tenía que cuidar la perrita. Y se enfadó mucho. Lula estaba tan contenta de tener casa, comida y unos humanos como familia, que meneaba el rabo de alegría.
Cuando Rubén volvió a casa, después de pasar unos días en el hospital, Lula lo estaba esperando y lo llenó de lametones y mimos. Por fin estaba contento y aprendió la lección de amor. Desde entonces su comportamiento cambió y se porta mucho mejor con las personas y sonríe mucho más. Además ya no es el matón de la escuela sino que se dedica a ayudar a quien lo necesita y a colaborar con la protectora de animales para encontrarle casa a otros perritos y gatitos y que hagan muy buenos a otros niños y niñas. Porque quien ama a un animal ama a todo el mundo mundial.
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