Hace años unos alumnos, que ya tendrán su vida de adultos, me dijeron: "profe, tu haces felices a los niños"
La verdad es que me hicieron reflexionar y darme cuenta de que dentro del proceso enseñanza aprendizaje, potenciaba la creatividad, imaginación, autoestima...y, para ellos, eso era felicidad.
Dentro de un sistema que promueve la competencia y obsesión por sacar buenas notas sentían una liberación con las propuestas en la clase de religión.
Relilusionándote va a descansar preparándose con nuevas ideas para el próximo curso.
Serán dos meses sin alumn@s pero no sin trabajo pues quien es creativo siempre tiene la mente con proyectos que llevar a la práctica.
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